El proyecto de ampliación y rehabilitación del Hospital de Arbois, Francia, exigía una gran atención hacia las cualidades arquitectónicas, urbanas y funcionales del edificio original. La propuesta debía adecuarse perfectamente al edificio existente y conseguir junto a éste una respuesta unitaria. Se aprovechó la gran profundidad del parque existente hacia el Sur para desarrollar una geometría en continuidad con la forma establecida y, al mismo tiempo, construir los límites sur y este de la parcela proporcionando nuevas fachadas al paisaje inmediato.
Esta operación de «estiramiento» de la figura pre-existente introduce en el conjunto un nuevo espacio interior, el claustro, elemento emblemático de la arquitectura religiosa-sanitaria que se encuentra tradicionalmente en los «Hôtel-Dieu» de Francia.
Este espacio, gemelar al patio de entrada existente, ofrece al personal técnico y a los pacientes un entorno tranquilo y sereno. La capilla adquiere un nuevo grado de articulación, convirtiéndose en el punto de partida de los cuatro brazos de la cruz resultante del nuevo esquema.
La resolución arquitectónica de la ampliación opera principalmente a través de la selección de los materiales (hormigón prefabricado, madera y zinc) y de la volumetría dominada por una imponente cubierta, haciendo referencia a la tipología de los edificios históricamente presentes en los montes próximos del Jura.
La madera ha perdido su función estructural tradicional para convertirse en un elemento de envoltura unificador de todas las superficies verticales del edificio, proporciona escala y ritmo con diversos niveles de lectura desde lo lejano hacia lo próximo. La puesta en obra calada de la madera deja percibir a medida que nos aproximamos el hormigón de las fachadas, creando espesor mediante la sombra proyectada.
El hormigón de la obra, en su totalidad prefabricado a partir del sistema SPURGIN, aporta el elemento «mineral» necesario al anclaje del edificio en el paisaje. Las horizontales marcadas de las pasarelas continuas de hormigón proporcionan las fachadas, mientras un zócalo del mismo material asienta la fachada este del edificio. Además con el necesario diseño preciso de todos los elementos, el hormigón participa de la misma lógica constructiva aplicada a los demás materiales industrializados que intervienen en la obra que son la madera, el zinc o las placas de yeso laminado: elementos finitos que necesitan articularse entre si.