Intervenir sobre un edificio preexistente supone la realización de un intenso ejercicio de lectura de la arquitectura. Entendemos que es a partir de una actitud, a la vez crítica y respetuosa, que se debe abordar este tipo de operación, intentando explotar al máximo las condiciones de partida y el potencial presentes en el edificio sobre el que se plantea actuar.
La escasa presencia de luz natural provocada por una excesiva profundidad de la planta (35 metros), una insuficiente altura libre, y un sistema de accesos inadecuado para el uso público del inmueble, nos parecieron los problemas fundamentales a resolver. Por otra parte, varios aspectos del edificio llamaron nuestra atención, incitándonos a potenciarlos, como por ejemplo la regularidad de la estructura, la espacialidad sugerida por el desnivel de la planta baja con respecto a la calzada y las potentes trazas compositivas de los alzados.
La propuesta se basa fundamentalmente en el trabajo con unos patios de nueva creación, insertos según una sección diagonal, que permiten dotar de luz al espacio de trabajo, al mismo tiempo que sectorizan la planta en unidades de trabajo reconocibles. Como elemento articulador de las diferentes plantas se crea una franja de servicios, que incluye tanto los sistemas de comunicación vertical, como gran parte de las instalaciones necesarias. Una vez planteado este espacio más “eficiente” y compartimentado, se apuesta por la necesaria flexibilidad que un edificio de estas características debe comportar, optando por un sistema de plantas diáfanas, y confiando al establecimiento de mamparas y elementos ligeros la partición final de las áreas que el programa defina.
Sin alterar radicalmente la composición y la materialidad de los alzados se propone una operación sencilla de renovación, que basándose en lo existente propone una imagen contemporánea fácilmente reconocible como señal de identidad del nuevo uso del edificio.