Se pretende establecer una profunda relación de continuidad entre arquitectura y paisaje. La propuesta arquitectónica en este caso no viene a instalarse como un elemento ajeno al entorno. El objeto arquitectónico, además de definirse a sí mismo, es responsable de redefinir las características existentes en el lugar y de asentarse en este moldeándolo, formando así arquitectura y paisaje una asociación simbiótica indisoluble.
Se busca una respuesta formal unitaria que asuma la globalidad de la intervención, tanto para la resolución de la vivienda plurifamiliar en torre y la unifamiliar adosada, como para los espacios resultantes de esta ocupación. Un único elemento lineal construido se desarrolla longitudinalmente adaptándose a la pendiente mediante giros o quiebros, definiendo espacios públicos y semipúblicos entre las viviendas; este elemento longitudinal único varía en altura a lo largo del recorrido para adaptarse a las necesidades programáticas requeridas.
La arquitectura asume por tanto la responsabilidad de definir el espacio del núcleo familiar, así como el ámbito de la vida social, espacios previos, plazas, jardines...
El elemento lineal cuando alcanza su mayor altura, torre lineal, viene a envolverse sobre sí mismo creando un espacio de carácter comunitario relativo a las viviendas plurifamiliares. Este espacio permite una relación fluida entre vida extra e intra comunitaria, ya que la torre lineal simplemente apoya parcialmente sobre el terreno permitiendo una continuidad practicable y visual entre el espacio ajardinado, el ajeno a la parcela y el propio del espacio comunitario. Se potencia la actividad social de este lugar al ser compartido por las comunicaciones verticales y por los corredores de acceso a las viviendas.
Por otro lado las viviendas unifamiliares se van adaptando a las diferencias de nivel topográfico, definiendo entre ellas una serie de jardines semi-privados. Ejes peatonales unifican la intervención y permiten conexiones transversales entre los diferentes sectores ajardinados comunes. Estos ejes se posan sobre al terreno a modo de trama regularizadora que viene a acotar el trazado irregular del elemento construido.
En la torre lineal se crean viviendas pasantes, en las que se potencia la relación con el exterior bien a través de las galerías que van a volcar sobre los espacios públicos como de las terrazas de acceso a las viviendas, que crean espacios así mismo pasantes ofreciendo ventanas públicas sobre el territorio y puntos de encuentro para el vecindario.
Prevalece la idea de pluralidad tipología en la torre lineal con la intención de adaptarse al amplio espectro social actual, se pretende responder a la multiplicidad y variabilidad de demanda proponiendo viviendas de uno, dos o tres dormitorios, así como duplex de capacidades equivalentes.
Las viviendas unifamiliares se desarrollan de forma también lineal aprovechando los desniveles del terreno de tal modo que se accede a ellas desde la fachada Norte en la segunda planta y se abren completamente hacia el Sur, donde la zona de día está en relación directa con el jardín. El último tramo de viviendas se cierra a la autopista para crear un espacio ajardinado más íntimo y protegido acústicamente.