La voluntad de generar espacios domésticos insospechados y provocar nuevos modos de vida en un tejido urbano denso es la motivación principal de este proyecto. Una secuencia de patios permeabiliza la arquitectura y deviene estructura organizadora de la misma.

Un primer patio de acogida hace las veces de antesala entre la calle y el ámbito doméstico procurando privacidad, silencio, bienestar.
Espacios de trabajo y vida, múltiples y flexibles, conviven en planta baja. Sin muros, ni tabiques, estos se definen por la presencia singular de cada uno de los patios. Un espacio interior central concilia la actividad diaria de la planta baja con lo que acontece en torno a las estancias de descanso en la planta superior.

Se busca una relación de inmediatez con los exteriores deseados. Estos permiten la entrada de luz, aire, sol, y el contacto con la vegetación y los suelos naturales. Fachadas verticales móviles y superficies horizontales de protección colaboran en la apropiación de los espacios exteriores, a los que se extienden la actividad doméstica según las necesidades de los habitantes y las condiciones ambientales.