Se trata de una de las primeras construcciones de una nueva extensión del núcleo rural, que alberga nueve viviendas, un local comercial en planta baja y aparcamiento en planta sótano. Un elemento monolítico es propuesto en esta colonización del territorio, define la esquina de modo contundente y se asienta como pieza de referencia a futuras edificaciones en un lugar todavía por definir. Se reinterpreta la arquitectura rural propia de la región, la solidez y pesadez de los muros de adobe y cal. Los temas compositivos utilizados son el recorte de los huecos en fachada y los balcones que se adosan a la misma configurando su imagen.
La imagen exterior se libera de la rigidez programática mediante la disposición aleatoria de huecos de ventana y balcones. Se equilibra la verticalidad establecida por los primeros con la horizontalidad de los segundos. Tanto los balcones como los vuelos sobre los huecos de ventana tienen la responsabilidad de la protección solar, pero además, la posición de los mismos en continuación con la superficie inferior del forjado potencia desde el interior de las viviendas la mirada hacia el paisaje.